Somos unos eternos insatisfechos; ni bien llega el fin de semana (incluso antes que se termine) uno ya está haciendo cálculos de cuándo va a ser el próximo feriado y se queja que el primero de mayo cae domingo.
Las charlas del almuerzo tienen de guarnición comentarios del tipo: "qué larga va a ser esta semana", acompañado del retruque "y qué corto va a ser el fin de semana".
Es inevitable, tanto como dejar el zapping un rato en cualesquiera de las tres Bourne, siempre que la pasen en cualquiera de los setentaytantos canales de cable, esperando tener la suerte de ver la única escena de acción .
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