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miércoles, 26 de mayo de 2010

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Kâma-loka  (Sánscrito).-  El plano semi-material, subjetivo e invisible para nosotros, donde las “personalidades” desencarnadas, las formas astrales, llamadas Kâmarûpa, permanecen hasta desvanecerse del todo, gracias al completo agotamiento de los efectos de los impulsos mentales que crearon esos eidolons de las pasiones y deseos humanos y animales.  (Véase: Kâma-rûpa).  Es el Hades de los antiguos griegos y el Amenti de los egipcios, la región de las sombras silenciosas; una división del primer grupo de los trailokas.  (Véase: Kâmadhâtu).  –[Es el limbo o purgatorio de los católicos-romanos, y el Summerland de los espiritistas americanos.  (Doctr. Secr., III, 373).  –Kâma-loka es la región o mansión del deseo, la esfera anímica (tercero y cuarto principios) de la tierra –no necesariamente en la superficie de la tierra- donde los restos astrales de los difuntos se corrompen y descomponen.  En esta región, las almas de los muertos que no son puras, viven (ya conscientemente, o ya en un estado de estupor) hasta que sus kâmarûpas (formas de deseo) son abandonados por una segunda muerte, y al desintegrarse, se verifica la separación de los principios superiores.  Al despojarse de los principios inferiores, la entidad inmortal del hombre, con sus afectos purificados y los poderes que haya adquirido durante su existencia terrena, entra en el estado de Devachán.  (F. Hartmann).  Así, pues, el Kâmaloka es la primera condición por la que pasa la entidad humana, después de la muerte, la condición que precede al Devachán.]  (G.T. H.P.B.)


Ahora se entiende...?

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