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viernes, 9 de abril de 2010

La Tríada

No estoy hablando de Caniggia-Batistuta-Maradona, ni de Curly-Larry-Moe, y mucho menos de Jacko-Wacko-Dot. Hace rato ya hablé de la caverna Platónica  y su excelente forma de representar la ilusoria realidad que vivimos día a día.

Esta semana tuve que hablar sobre los neoplatónicos y su principal exponente Plotino. Más allá de la historia de vida de Plotino, como todo sabio de la antigüedad, es bastante cuestionada, pero puede guglearse o buscar en Wikipedia (esta última dependiendo el día dirá cosas buenas, malas o, lisa y llanamente, cualquier fruta).

Pero algo que siempre me fascinó de su doctrina, es su relación con la Sabiduría de Oriente y su relativismo de lo que consideramos y damos por verdad. En particular, respecto de sus 3 hipóstasis (Nous o Ser, Inteligencia y Forma o Alma).

Todo se basa en que a partir del Nous o ser, con la cualidad del ser de trascender el tiempo (lo que es, fue y será en el futuro), emana mediante la Inteligencia a la forma, en una relación con el esquema de Caos, Teos y Cosmos.

En dicho esquema, se representa la forma como la sombra de la sombra de lo que es; si, leyeron bien, no la sombra, sino algo más oscuro y difuso que solo la sombra. Eso seríamos, una representación imperfecta de lo que realmente es. Algo así como el retrato de un nene de 8 años de una foto de una persona. Si bien la foto no es la persona, sino una representación más o menos perfectible de acuerdo a la cámara y el lente, el dibujo puede resultar en el clásico globo y cinco palitos, según la capacidad del niño.

Lo interesante de todo esto es el papel que jugamos en este devenir de acontecimientos, porque si bien tuvimos un papel pasivo en la manifestación, que nos hizo llegar a este punto, hablaba Plotino del Destino como camino ascendente para llegar a Ser. Así, mediante la contemplación del alma y el éxtasis (no, no la pastillita), se podría alcanzar la sabiduría y por ende, desandar el camino que hicimos en forma inconsciente.

La pregunta que me viene a la mente es que si ni siquiera somos, si no que parecemos (o estamos), por qué nos empecinamos tanto en parecernos a alguien? Tiene sentido que querramos parecernos a algo que parece ser algo parecido a lo que es (?!) ?

Por qué nuestros referentes son personajes de ficción o de la farándula? Por qué buscamos mediante cirugías y vestiduras parecernos a todos los demás que siguen una moda? Por qué nos quedamos en querer parecer y no saber quiénes somos realmente?


Se las dejo picando...

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