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jueves, 22 de julio de 2010

Verde que te quiero ver!

Todo el que me conoce, sabe de mi predilección por el cine; puedo ir al complejo multisalas más cercano o ver las películas en casa; si lo justifica, me banco las propagandas cuando la dan en tele (gracias a LG por el PIP); comiendo pochochos, chocolate, sopa o sándwiches de pan árabe; y casi, (casi) podría llegar a verlas dobladas al gallego, aunque para mí eso bordea lo aberrante.
De la misma manera, quienes se dicen mis amigos, saben de mi fascinación por la saga de Star Wars, no solo por los efectos especiales, las navecitas y las escenas de combate (AKA: piñas y patadas coreografiadas); sino también por el mensaje, las enseñanzas y la mística incluida en cada una de las películas (las últimas tres principalmente).
Desde la transformación de Anakin a lo largo de la historia, la devoción de Obi Wan para con Yoda y la repetición de los ciclos y los lugares comunes en que cae Luke, al igual que su padre, nos deja infinitas enseñanzas de cómo se polarizan el bien y el mal desde la subjetividad del observador; de cómo las pasiones llevan a la perdición (o como diría Yoda: “El miedo es el camino hacia el Lado Oscuro, el miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento”) y de cómo la democracia sin la correcta dirección de los sabios, desemboca en una autocracia (dictadura) con un aplauso fervoroso.
Pero principalmente, me gusta la idea de un Maestro, aquel que te guía, te aconseja y prepara el camino para que puedas (en definitiva es tu elección hacerlo) vivir las experiencias necesarias para tu desarrollo individual, de manera de crecer a pasos agigantados, respecto de lo que podemos vivir en nuestra vida diaria. Alguien que, habiéndose dominado primero a sí mismo, transmite el conocimiento para que otros puedan alcanzar la tranquilidad de quien entiende las causas y no se desespera por las consecuencias.
Alguna vez escuché que el astuto se libra de los problemas en lo que el inteligente no se mete.
La diferencia está en la PRUDENCIA.

No sé qué será de mi futuro; creo estar en el camino para mejorarme y encontrar quien me guíe. Por lo pronto, la única certeza que tengo es la programación de una sobredosis de nerdismo, con Star Wars y chocolates para mi fin de semana.

4 comentarios:

SOL dijo...

Waw! Me dejaste anonadada! Nunca le había encontrado ningún sentido a esas películas. Capaz es porque no me llama en lo más mínimo la ciencia ficción así que nunca les di mucha bola...

Sugerencia: Star Wars es una película, en la vida real yo no sé si no será mejor, en lugar de buscar mejorar y encontrar a alguien que nos guíe, buscar dominarse primero a uno mismo y tratar de encontrar a alguien que ya haya podido hacer lo mismo, para que nadie guíe a nadie, sino que ambos se acompañen. ;)

Besos!

AS dijo...

Solcito, miralas con esa visión y te va a gustar mucho más!
Con respecto a la sugerencia, es válido; pero uno puede estar toda la vida intentando mejorar, cuando en realidad va por el camino equivocado, o sin moverse en absoluto. La ventaja de tener quien nos guíe, es evitarnos el sufrimiento innecesario.
Beso grande!

SOL dijo...

Para eso están los psicólogos. Gastas mucha plata, pero te ahorras muchas desilusiones amorosas, si lo mirás así, más que un gasto es una inversión jajajaja
Buen fnde!!

Lila Biscia dijo...

AGUANTE STAR WARS!!!!
(es la vida misma)

beso

 

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