Ausencia

Para siempre, nunca o imposibles son términos demasiado extensos; pero cómo llegar a entender esos conceptos, si lo que el hombre llama eternidad, no es más que un ciclo de tantos otros.
Sin volarme demasiado a conceptos inabarcables, el tiempo es una percepción psicológica y a veces esos conceptos son casi palpables, como hablar de eternidad a quien espera el resultado de un exámen; cómo hablar de imposibles a quien tiene la constancia y la perseverancia de seguir intentando; y cómo convencer a un pobre idiota que nunca va a tener la posibilidad de recuperar ese amor perdido.
Una vez me veo envuelto en la trampa de esperar a quien no va a volver, pero cómo salir del círculo vicioso?
¿Cómo romper el dolor de esperar, con el dolor de asumir que no va a volver?

Habré de levantar la vasta vida
que aún ahora es tu espejo:
cada mañana habré de reconstruirla.
Desde que te alejaste,
cuántos lugares se han tornado vanos
y sin sentido, iguales
a luces en el día.
Tardes que fueron nicho de tu imagen,
músicas en que siempre me aguardabas,
palabras de aquel tiempo,
yo tendré que quebrarlas con mis manos.
¿En qué hondonada esconderé mi alma
para que no vea tu ausencia
que como un sol terrible, sin ocaso,
brilla definitiva y despiadada?
Tu ausencia me rodea
como la cuerda a la garganta,
el mar al que se hunde

                             Jorge Luis Borges