Las diferencias entre el hogar de un hombre soltero y una mujer soltera son clarísimas, así como las tareas que se reparten al momento de una mudanza conjunta. Es proverbial la tendencia al minimalismo en el gusto decorativo del hombre (para no decir que no le importa un huevo la combinación de colores, cuadritos y arreglos), por lo que se dedica a ver los trabajos de albañilería necesarios, la correcta conexión y funcionamiento de electrodomésticos y servicios. La mujer por el contrario, se encarga desde el primer momento en plasmar el lugar perfecto y, realmente no sé cómo lo hacen, llenan de vida una cueva transformándola en un HOGAR.
Como están presentes esas diferencias en lo decorativo, también lo están en el sentido del romanticismo. Supongo que una mujer tiene como velada romántica una cena a la luz de las velas, con música suave de fondo y alguna cena bajas calorías, que no deje rastros en los dientes y vino blanco bien frío para acompañar.
El hombre es capaz de encontrar(?) el romance en una parrillada para dos, en el fondo de casa y demostrar el más puro e intenso amor servido junto a una mollejita a punto y un totin en vaso de vidrio cortado.
6 comentarios:
Quiero confesarte que no cumplo con ninguno de los requisitos! O tus variables de descripción andan fallando o yo no soy mujer y me mintieron desde el día mismo de mi nacimiento jajaja
Si es confesión, rezate tres padres nuestros y estás absuelta. Lo de la decoración es algo innato, salvo que seas Flor de la V.
El romaticismo es relativo, es cierto, y hubo parejas que encontraban romántico (si no excitante) andar matando gente a quemarropa... :S
Beso!
oh! pero parece que SOY UN MACHO!!!!!!!
muuuuuuas
Lilus, ya estoy vislumbrando mi error al llamar mujeres a las "minitas"...
Ahora, qué es lo que seduce a las "mujeres"? Hay un nuevo paradigma del que la televisión y las comedias románticas no está al tanto?
Beso!!
yo prefiero la parrillada en el fonde de casa...y tener a las estrellas como testigos!
buen finde.
kisses
La mujer por el contrario, se encarga desde el primer momento en plasmar el lugar perfecto y, realmente no sé cómo lo hacen, llenan de vida una cueva transformándola en un HOGAR.
Si vieras mi cuarto sabrías que eso no se aplica en todos los casos. Debería ser más pulcra, pero no puedo.
Libros, revistas, saquitos de té, cáscaras de banana, discos, ropa desparramada en el piso, papeles, cuadernos, más saquitos de té, botellas de agua y tarritos de yogur vacíos por todos lados. Un asco.
Efectivamente, es mi lugar perfecto.
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